jueves, 7 de abril de 2011

La experiencia real de Frankl y la pérdida de la libertad del alumno

La experiencia vivida por Viktor Emil Frankl en un campo de concentración a la vez como uno de los pocos que sobrevivieron, nos muestra que hay esperanza y que no todo es tan cruel en la vida. Aunque nos hable de una historia perturbadora de la vida real. El haber visto articulos relacionados con campos de concentración, ésto no deja de remecernos y hacernos reflexionar sobre el sentido de la vida.
Éste se divide en tres fases: Internamiento en el campo, La vida en el campo y después de la liberación y explica los conceptos básicos de logoterapia que fue fundada por Frankl.

El autor nos hace viajar desde el sentimiento de tragedia más deprimente , hasta la visión más esperanzadora , contagia su gusto de estar vivo después de todo. Lo que produjo el internamiento para adaptarse a la vida en el campo conlleva renunciar a parte de la humanidad, perder los escrúpulos, abandonarte por completo a la situación, observando desde fuera cómo tu cuerpo se va desgastando.


Como segunda fase se habla de la sobrevivencia y de cómo tiene que aferrarse a la esperanza y el valor , en caso de perderla se enfrentaran a la muerte.
Después de la liberación el autor   descubre que a desarrollado su   propia logoterapia, el   sentido de la vida.


Y nos revela también que todos formamos parte de una gran familia y que es importante saber que tenemos un motivo para luchar y estar vivos.
También a transformar el dolor y la angustia, en algo positivo y en darle sentido. Pero lo más importante es que nos hace participes de nuestra propia logoterapia desde el momento que empezamos a leer este libro.

"Quien vive temeroso, nunca será libre" Horacio
El autor habla del enfriamiento emocional, de cómo lo que al principio veían como una desgracia se volvía algo cotidiano, y de cierta manera se acostumbraban al sufrimiento, por ejemplo, al principio cuando veían morir a alguien se sentían mal, y después aprendieron a hacer a la muerte algo de cada día, a la indiferencia de “ay! Se murió, ya ni modo”. Esto es algo que pasa mucho en la vida y no debería de ser, de que si te acostumbras ya te vale y no tiene importancia, claro que la tiene, sólo que cuando tú le diste importancia te dolió, por eso tiendes a dejar de darle importancia, se me hace un conformismo y una manera mediocre de defender tu ego, dejar de darle importancia en lugar de tratar de que no se repita.
También menciona que los que sobrevivían en los campos de concentración eran las personas que eran útiles, los que todavía tenían fuerzas para trabajar, a los demás los mataban. En comparación con actitudes de la pérdida de libertad de un alumno, vemos que el autor nos muestra lo peor y lo mejor de nosotros mismos, como podemos destruir, “matar en vida” a una persona a cambio de poder y más poder… Pero comparándonos en el campo de un alumno con la experiencia vivida por Frankl Viktor sabemos que para poder progresar en nuestra vida estudiantil debemos buscar más allá del grupo por algo mejor. Sentimos una contradicción entre nuestro apego al grupo y las ganas de “volar” fuera de él. Si además, como suele suceder, el profesor no nos anima a hacerlo, se añade una dificultad que es muy importante: debemos decir a nuestro profesor que queremos estudiar con algún otro.

Este momento es crucial en nuestro crecimiento, similar al momento en el que decimos a nuestros padres que nos queremos independizar (simplemente porque siente la urgencia de hacerlo) y habrá quien por no enfrentarse a la situación, no lo haga nunca (esperando que sean sus padres los que se vayan…). No deja de ser un conflicto que nos pone a prueba. ¿cómo hacerlo respetando? ¿cómo, sin herir al grupo ni a profesor? Y si creemos que el profesor se enfadará o nos rechazará ¿lo haríamos de todas maneras? Creo que si sentimos la necesidad de progresar muy clara en nuestro interior obtendremos la fuerza para hacerlo con honestidad, respeto y cariño. La reacción que recibamos será impredecible y dependerá de la madurez tanto de los compañeros como del instructor, pero ésta no nos debería echar atrás.

Estos son dos ejemplos de pérdida de libertad por parte del alumno, el primero sobre un sentimiento de pertenencia a sus profesores que lo lleva a pedir permiso; y el segundo sobre el alumno que exige a su profesor más de lo que él quiere o puede darle. Pero ¿por qué perdemos nuestra libertad? Desde luego primero deberíamos mirar dentro de uno mismo. Los lazos afectivos y emocionales que trazamos con nuestros profesores suelen ser fuertes, y quizás eso hace que sintamos una especie de fidelidad hacia ellos. Pero una cosa es eso y otra pensar que si buscamos o probamos con otros profesores somos “desleales”. La curiosidad y las ganas de profundizar son naturales y sanas. Citando a José Martí quien nos dice: "La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella o comprarla a su precio".


Otra comparación muy importante es buscarle sentido a la vida, saber por qué estamos estudiando y qué tan lejos podemos llegar si estudiamos y trabajamos duro. En un principio nos pareció difícil el estudio, pero si al intentarlo fallamos la primera vez, muchos dicen que no pueden seguir, y que le dará igual haber fallado una y otra vez, pero esto no debe ser así. Desde mi punto de vista, es mejor haber intentado algo que no haberlo hecho, En la vida todos tenemos tropiezos, pero para poder continuar viviendo alegre hay que aprender a levantarnos, a salir de los pozos. 

"No es libre el hombre que no puede dominarse a si mismo" Pitágoras


Gladiador Motivacional- sub español

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